Miguel Ángel Flores no goza de buena reputación en los ambientes de la noche madrileña. El promotor de la trágica fiesta de Halloween en el Madrid Arena, saldada con la muerte de cinco jóvenes, es considerado «un tío muy sucio» incluso por algunos de los empresarios, gorilas de discoteca y presuntos narcotraficantes a los que el Grupo Especial de Operaciones (GEO) y la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la policía detuvieron en 2011 durante la llamada operación Edéncontra las mafias que controlan los locales nocturnos de la capital.
El sumario de dicha operación, considerada por la policía una de las mayores redadas lanzadas en España contra el crimen organizado, revela la encarnizada lucha por el control del ocio nocturno en Madrid entre diversos grupos mafiosos. Se trata de un lucrativo negocio que pasa por blanquear el dinero negro obtenido por la seguridad privada de los locales de diversión y el tráfico de drogas en los mismos, cuyo suministro es garantizado y explotado en exclusiva por los clanes que controlan cada discoteca o bar de copas.
Uno de los tomos del sumario recoge la conversación entre el búlgaro Pavel Iordanov, alias Pablo, un presunto matón que controla la seguridad de varios locales nocturnos, y el español Marcos Virumbrales, que gestiona un bar de copas que no dispone de licencia de actividad y «medra en cobros de deudas mediante amenazas y coacciones«. Ambos confiesan que están buscando nuevos locales a los que proporcionar sus servicios de seguridad, y Virumbrales asegura a su interlocutor: «Con Flores no quiero trabajar; ya he trabajado con él y es un tío muy sucio».
En otra conversación telefónica interceptada por la policía, Iordanov habla de «un proyecto sobre una terraza de verano» con Carlos Turel, con antecedentes por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. Éste comenta al búlgaro que uno de sus socios «se ha sentado con los de Archy [una conocida discoteca de la capital] y están interesados», y que le gustaría que también participara en el proyecto Laurentino Sánchez, alias Lauro, un conocido empresario de locales de ocio y presunto cabecilla de una red que introducía cocaína en España. Cuando Iordanov nombra a Flores como posible socio, Turel se niega en redondo: «Ese es mi enemigo».
«Se drogan mucho»
Flores, propietario de Diviertt S. L., la empresa que contrató el Madrid Arena para la macrofiesta de Halloween, tuvo muchos problemas con otros empresarios de locales nocturnos por negarse a permitir la entrada a homosexuales en los recintos que alquilaba para sus eventos porque «son personas que se drogan mucho«. Uno de los pinchazos telefónicos recoge una conversación entre dos de las personas investigadas por la policía en el marco de la operación Edén. Una de ellas, de nombre Alfonso, se queja de que Flores le ha subido el alquiler «de 2.000 a 3.000 euros por día y no tengo nada claro si voy a seguir con él, porque no quiere gays, sólo beautiful people«.
En otro pasaje del sumario, al que ha tenido acceso El Confidencial, el citado Alfonso comenta a su interlocutor que «el domingo es la fiesta Reina en Space», uno de los locales nocturnos controlados por Flores, y asegura que éste «quiere que todo el público sea VIP» porque «los maricas se ponen como cerdos [de cocaína] y luego le cierran los garitos». Alfonso se lamenta de que el promotor de la fiesta del Madrid Arena «no se da cuenta de que los domingos el público que hay es la gente de hostelería y los maricas».
Esa supuesta animadversión de Flores hacia los homosexuales no ha sido ningún obstáculo, sin embargo, para que el promotor organice desde hace varios años el Infinita Gay Week de Madrid, un macrofestival dedicado al colectivo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales). La edición de este año, que marcaba el décimo aniversario del evento, se celebró precisamente en el recinto del Madrid Arena el pasado mes de junio, cinco meses antes de la fiesta de Halloween. Flores presumía de que el Infinita Gay Week era «la mayor fiesta gay de Europa».
Fuente: El Confidencial
