La dirección de Metro Bilbao está en negociaciones con el comité de empresa para concretar qué destino se va a dar a seis empleados que ahora ejercen sus funciones en el Puesto de Mando Central (PMC) del suburbano, lo que supondrá un reorganización completa del corazón del metro.
Los cambios en el puesto que controla todos los temas de tráfico de trenes, seguridad, comunicaciones y energía de la red se efectúan por imperativo legal y después de una inspección del Departamento de Interior del Gobierno vasco, ya que el suburbano no cumple las exigencias de la Ley de Seguridad Privada dictada ya en 1992.
Según esta legislación, varias de las funciones que ahora ejercen cinco de los operarios de seguridad tienen que ser llevadas a cabo por vigilantes de seguridad autorizados legalmente. En estas labores se encuentran el control y actuación ante problemas de orden público, relaciones con las empresas de seguridad privada del metro o la movilidad de los vigilantes en función de las necesidades.
Estas cinco personas serán sustituidas por vigilantes de seguridad, y la dirección ha aprovechado para redimensionar el PMC donde trabajan más de treinta personas. Así, ha planteado a los sindicatos pasar de 10 a 5 operarios adscritos a Seguridad-Comunicación y rebajar de 14 a 13 los puestos dedicados a funciones de Tráfico-Energía. El presidente del comité de empresa y delegado de ELA, Egoitz Laka, se ha mostrado en contra del plan porque «es destruir empleo, amortizar sin más seis puestos de trabajo y dejar la seguridad del metro en manos de una contrata».
También criticó con dureza que «ahora, tras 20 años de ley vigente ,la tengan que cumplir». De la misma opinión era el sindicato LAB. Su delegado Raúl Méndez aseguró ayer que «la empresa debe reconocer el error relativo a seguridad y creemos que hay trabajo suficiente para mantener todos los puestos».