El director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, denunció ayer que la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía «interfieren» en el trabajo diario de la Policía vasca hasta el punto de que pueden llegar a perjudicar la persecución del delito. El responsable político de la Policía autonómica relacionó estas «disfunciones» con la «falta de voluntad» mostrada por sus máximos dirigentes a la hora de activar «herramientas de coordinación» entre los distintos cuerpos y, en segundo lugar, con el «excesivo» número de agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE) desplegados en Euskadi para las funciones que tienen atribuidas en un momento en el que la amenaza de ETA ha desaparecido. Gabirondo aseguró que esta situación genera intromisiones que pueden llevar al «fracaso» las investigaciones y que sólo «favorecen a los delincuentes».
Gabirondo realizó estas declaraciones a los periodistas después de comparecer en la ponencia parlamentaria que analiza las duplicidades e ineficiencias del entramado institucional vasco, celebrada a puerta cerrada. El director de la Ertzaintza profundizó con su intervención en la línea política marcada por el Ejecutivo vasco desde el comienzo de la legislatura. En su primera intervención en la Cámara vasca en febrero del pasado año, la consejera de Seguridad ya avanzó su intención de convertir el «repliegue» de las FSE en una de las prioridades de su mandato. Estefanía Beltrán de Heredia anticipó que trasladaría esta exigencia al Ministerio del Interior «con firmeza» y «cuantas veces haga falta».
Desde entonces, los cauces de comunicación al más alto nivel entre ambas administraciones no pasan por su mejor momento. Más allá de encuentros puntuales, el Ejecutivo vasco ha reclamado con insistencia que se convoque la Junta de Seguridad, que es el órgano en el que están representadas las cúpulas de ambas instituciones, para tratar ésta y otras cuestiones. La propia consejera acusó al Ministerio de «menospreciar» a la Ertzaintza y de hacer oídos sordos a sus invitaciones al entendimiento. Y el Gobierno central respondió descartando cualquier reducción de agentes de Policía Nacional y Guardia Civil desplegados en Euskadi, que suman unos 4.580 efectivos, y acusó a la Administración vasca de buscar la «confrontación» institucional.
Las posiciones políticas se mantienen enrocadas desde entonces. Gabirondo llevó a los grupos políticos un listado con 15 problemas que entran, a su juicio, en el terreno de las duplicidades y de la invasión de competencias. Según dijo, el papel de las FSE debería ser «residual» en Euskadi si se limitasen a cumplir las funciones asignadas, porque –añadió– en la actualidad hay «demasiados» funcionarios de estos cuerpos realizando tareas que no son de su competencia. Entre ellas, destacó la colocación de «excesivos» controles de carretera –aunque también habló de los puertos– que «ya no son acordes» al nuevo tiempo sin atentados. También censuró la realización de inspecciones paralelas en espectáculos pirotécnicos e «interferencias» en la ejecución de las órdenes de búsqueda y captura por parte de la Policía Nacional.
Malestar entre los policías
Gabirondo habló de la creación de unidades de atención a las víctimas de accidentes de tráfico y de inspecciones a empresas de seguridad privada. También aseguró que se han dado operaciones en las que la Policía Nacional no ha reclamado el apoyo de la Policía vasca. Gabirondo contrapuso estos problemas a la «fluida relación» que mantienen con las policías locales. «Espero jubilarme con la Ertzaintza como única policía del país», proclamó.
Sus palabras crearon un profundo malestar entre muchos miembros de las FSE, que insisten en que la dirección política del Departamento tiene «celos» de algunas de sus últimas operaciones exitosas como la desarticulación en Santutxu de una banda especializada en robos en comercios. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) del País Vasco insistió en que las únicas interferencias en este ámbito son las «políticas» y le animó a que miré las competencias del Estatuto de Gernika. La Unión de Guardias Civiles le acusó de «mentir» y de generar «desconfianzas». Incluso muchos ertzainas y policías locales de Bilbao cuestionaron su «supuesta coordinación». Pusieron el ejemplo de la detención de un supuesto ladrón de estancos el martes en una operación en la que escaparon «tres individuos». Una patrulla de la Policía Municipal estuvo parada en un semáforo junto al coche en que estaban los delincuentes «sin saber nada». «Si nos hubiesen informado los habríamos detenido», explica un agente.
Fuente: El Correo