El Presidente del Grupo Eulen, David Álvarez, se ha triplicado el sueldo en mitad de los apuros económicos de los trabajadores de la empresa. El patriarca de la compañía de seguridad y limpieza se enfrenta a la huelga indefinida de sus empleados en la T4 de Barajas tras anunciarles una bajada de sueldo del 40% y tras un proceso de despidos mediante un ERE. Sin embargo, en una junta de accionistas celebrada el pasado 28 de diciembre, Álvarez aprobó una subida de sueldo para él de 1.750.000 anuales y duplicar el salario de su hija para que ingrese 460.000 euros más, según recoge el documento al que ha tenido acceso Vozpópuli.
La empresa justifica la subida conjunta de sueldo de 2.210.000 euros de ambos en «su participación y dedicación, así en como los méritos y valores contraídos», según recoge el documento ratificado en la junta.
Con ese reparto:
- El Presidente de la compañía, David Álvarez, pasa de tener un salario de 860.000 euros anuales a tener una nómina de 2,6 millones de euros brutos al año
- La vicepresidenta de la compañía, su hija María José Álvarez, añade a sus 430.000 euros fijos y los 166.000 variables que ya cobraba según la memoria corporativa de 2011, a ingresar ahora más de un millón de euros anuales.
La subida de sueldo de la cúpula de una empresa que cuenta con 81.000 empleados contrasta con la rebaja de salario que pretende aplicar a sus trabajadores en el aeropuerto de Barajas. Según fuentes del comité de empresa, la compañía pretende aplicar una reducción «de unos 400 a 500 euros al mes a trabajadores que cobran una media de 1.200 euros», mientras que en el caso de los empleados del fin de semana el recorte «será de unos 300 euros, cuando cobran entre 800 y 900 euros».
Esas cifras contrastan también con la cuenta de resultados de una empresa que recortó sus beneficios un 23% el pasado año y que –según fuentes de la compañía—prevé una nueva caída de beneficios del 20% para este año tras los recortes de gasto aprobados por AENA.
Los críticos denuncian el «vaciamiento de la compañía»
La familia que dirige la multinacional de seguridad y limpieza, una empresa clave para el funcionamiento de Barajas, mantiene una guerra abierta por el control de la compañía desde hace ya varios meses con sus propios hijos. Cinco de los herederos del patriarca cuestionan la gestión y el reparto accionarial de su padre, David Álvarez, de 85 años quien además es consejero independiente de Enagás (cargo por el que se embolsa otros 64.000 euros anuales). Junto a él se han alineado sus otros dos hijos (María José y Jesús David).
En la junta de accionistas que se celebró al cierre del pasado año, los hijos rebeldes de Álvarez reprocharon las medidas adoptadas por la cúpula de la empresa que ha dado luz verde no sólo a las nuevas retribuciones sino también, entre otras cosas, a un contrato de patrocinio con la Fundación Instituto Bíblico Oriental, según revelan asistentes a esa junta. Según esas mismas fuentes, acusaron al padre de “detraer bienes de la sociedad en su provecho exclusivo y de forma concertada con los administradores”.
Tras la última votación, ahora, el poder repartido en Eulen de la siguiente forma: el Presidente y sus dos hijos acumulan el 60% de los votos mientras que los críticos suman un 33,6%.
El Grupo Eulen es la primera empresa de servicios de limpieza, seguridad privada, servicios sociosanitarios, servicios auxiliares y mantenimiento del país. Según sus propios balances, la compañía alcanzó en el año 2011 unas ventas consolidadas de 1.348 millones de euros. Según sus últimas cifras, la empresa cuenta con una plantilla de casi 81.000 trabajadores repartidos entre los 49.220 que emplea en España y los 31.372 contratados en el extranjero.