Los cinco vigilantes de seguridad encargados del circuito interno de cámaras del pabellón Madrid Arena en la trágica fiesta de ‘Halloween’ tenían orden de destruir las imágenes que pudieran reflejar hechos delictivos. La decisión no fue excepcional aquella fatídica madrugada del 1 de noviembre, sino que era una norma no escrita en los diferentes macroeventos que se celebran en la noche madrileña, según el sindicato Manos Limpias, personado en la causa que investiga la muerte de cinco jóvenes.
La instrucción que recibían los operadores de cámara era «ver, oír y callar». Manos Limpias presentó el jueves un escrito en el Juzgado número 51 de Madrid en el que asegura que dispone de varios testimonios que certifican que los organizadores de las macrofiestas, incluido Miguel Ángel Flores en el Madrid Arena, tenían por costumbre cubrirse las espaldas borrando las imágenes de incidentes en sus eventos.
Fuente: El Correo