Es evidente que la colaboración ciudadana es necesaria y un gran recurso en el esclarecimiento de los diferentes delitos que se cometen diariamente, pero como siempre, nuestro sector y como no nuestros propios compañeros ven como las instituciones y los diferentes cuerpos policiales ni tan siquiera les mencionan siendo ellos quienes ponen a disposición policial a los presuntos delincuentes.
Este tipo de situaciones, de manera inequívoca, conlleva a que la ciudadanía siga pensando que la seguridad privada no sirve para nada. Situaciones que desde esta organización profesional debemos denunciar de manera contundente, teniendo en cuenta que la seguridad privada es participe directo y primer interviniente en la resolución de un alto porcentaje de los delitos que se cometen en las instalaciones de las que están encargados.
Se ha detenido un sinfín de delincuentes, bien por parte de los agentes de seguridad (para aquellos escépticos véase los artículos 490 y 491 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el artículo 32 Ley 5/2014 de Seguridad Privada) o por la información facilitada de primera mano a los diferentes Fuerzas y Cuerpos policiales.
Profesionalidad no reconocida
La última muestra de la profesionalidad de quienes forman parte de este colectivo profesional, la hemos tenido con las primeras identificaciones y detenciones practicadas tras la brutal agresión a un joven el pasado día 22 en la estación de Abando en Metro Bilbao.
Apenas habían transcurrido 20 horas desde que se produjo la agresión, cuando se detecto que las características físicas y morfológicas de algunos de los miembros de un grupo de jóvenes coincidían con la de los agresores del día anterior. Inmediatamente se movilizaron los recursos necesarios para su detención y puesta a disposición policial, dando como resultado 1 detenido en la estación de Barakaldo.
Desde estas líneas queremos dar nuestra más sincera enhorabuena a todo el colectivo, así como recordarles la importancia que tiene su dedicación y profesionalidad en el mantenimiento del orden y la garantía de la seguridad de las personas objeto de su protección.
Sois profesionales, merecéis respeto y admiración.